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El porqué de unas recomendaciones sobre tromboprofilaxis en CMA
A. Jiménez Bernadó
Mjer de 35 años de edad con antecedentes de una intervención de varices hace varios años, consumidora habitual de anticonceptivos orales que, por una colelitiasis sintomática, es sometida en el Servicio de Cirugía General a una colecistectomía laparoscópica en sesión quirúrgica de tarde. No existen incidencias durante la cirugía el inicio de la recuperación es bueno, la tolerancia oral correcta y aceptable el control del dolor postoperatorio. Es dad de alta hospitalaria a la mañana siguiente con paracetamol oral cada 8 horas durante 3 días como único tratamiento farmacológico. A los cuatro días de la intervención, estando sola en su domicilio, la paciente presenta disnea, dolor centrotorácico y síncope. Se produce relajación de esfínteres y caída al suelo donde permanece unas 2 horas. Trasladada por una UVI móvil al hospital llega al Servicio de Urgencias con una tensión arterial de 80/60 mm 105 pulsaciones por minuto y una saturación de oxígeno del 100 % con reservorio. En la exploración clónica no se encuentran anomalías y no se aprecian signos de trombosis venosa profunda. Se plantea la sospecha clínica de embolismo pulmonar y se inicia tratamiento con dopamina a la vez que se solicita un angio-TAC urgente. Dicha exploración confirma un embolismo pulmonar bilateral y se inicia en cuidados intensivos con tratamiento anticoagulante. La evolución es satisfactoria y es dada de alta hospitalaria a la semana. Aunque la colecistetomía laparoscópica no se lleví a cabo en la unidad de CMA, la paciente intervenida con un ingreso de menos de 24 horas.
CIR MAY AMB 2016; 21 (1): 1-3
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